El ayuntamiento confirma que el problema está en el colector del Alamín que se colapsa cuando llueve en exceso
La presencia de toallitas higiénicas en el río Henares, en el tramo que va entre el puente árabe y el puente de los Manantiales, ha pasado a ser un problema de primer orden. Los vecinos de la zona llevan años denunciándolo y pidiendo una solución para un tramo de río que es muy transitado por los guadalajareños como zona de ocio o de paseo.
Para dar solución a estas reclamaciones, el ayuntamiento de Guadalajara, a través de la empresa Guadalagua, lleva un mes analizando por qué hay tantas toallitas y parece que ha encontrado el motivo. Según confirmaba a Guadalajara Diario el concejal responsable, José Luis Alguacil, el problema está en el colector del Alamín. Según el concejal en esa zona de la red no hay separación entre aguas pluviales y aguas fecales y todas confluyen en el colector del Alamín “Si llueve mucho- señala el concejal- se colapsa y rebosa y todo va a parar a un aliviadero que llega al río Henares”.
Soluciones
Para evitar que esto ocurra hay varias soluciones “la primera es separar las aguas pluviales y las fecales, pero es algo imposible - afirma Alguacil- porque costaría varias millones de euros, habría que levantar media Guadalajara y afectaría a 30 km2 de tuberías”. Otra opción es hacer más grande el rebosadero y la tercera, que es la que se ha elegido, es instalar unos cuellos de tela y unos peines metálicos en la zona del colector para garantizar que las toallitas quedan ahí. “Es una solución que están adoptando la mayoría de las ciudades”- declara el concejal y sería una solución rápida y más económica. “Una solución que no es tan costosa pero que sí requiere un mantenimiento constante”- reconoce.
Limpieza del río
Tras las denuncias de los vecinos por la gran cantidad de suciedad que hay en el río el concejal asegura que tienen previsto un plan de limpieza para el Henares pero que están esperando que la Confederación Hidrográfica del Tajo les dé permiso para hacer dicha limpieza. La solicitud se presentó el 21 de mayo y de momento no ha habido respuesta. “Hemos pedido permiso para quitar los árboles caídos, los restos vegetales que hay acumulados, y toda la basura y los sedimentos que han sido arrastrados por el río durante las subidas de caudal”. Unos trabajos que se harán, una vez concedida la autorización, a cargo de las brigadas municipales y de un plan de empleo que se encargará del desbroce. De momento no hay fecha.