Cuarta derrota consecutiva del conjunto gallardo
El fútbol se puede resumir en unas cuantas sentenciar que, no por sabidas, terminan doliendo más cuando te ocurren. Una de ellas dice que “el equipo que perdona la acaba pagando”, otra que “los goles valen hasta de rebote” y otra más, tal vez la más cruel, asegura que “lo malo no es perder, si no la cara que se te queda”.
Las tres se han cumplido este domingo en La Solana de Marchamalo, donde el conjunto local no puede decirse que gozara de suerte, ni mucho menos. Los de Emilio López, que se adelantaron por dos veces, vieron también como su rival igualaba la contienda, para, al final, remontarles el partido con una importante dosis de fortuna.
Primero fue el despeje de Mansour ante el disparo de Kevin, que acabó desviando el balón al fondo de la portería en el segundo tanto del Villarrobledo. Después fue un balón rebotado en el cuerpo de Dani Rivas, que entró mansamente en la portería gallarda al cambiar la trayectoria inicial.
Fue el tercer gol visitante, el que suponía la remontada y el que, por cómo se produjo, dejó a los verdillos noqueados e incapaces de reaccionar con claridad. El cuarto, ya de penalti y con el tiempo cumplido, no hizo más que rematar la injusta derrota para un Marchamalo que lo hizo casi todo sobre el campo para haber ganado, y además con comodidad. Y es que el conjunto local perdonó, perdonó mucho.
Cuando no quiere entrar…
No en vano, bastan repasar el partido para ver una auténtica secuencia de jugadas en las que los delanteros locales se las vieron mano a mano con Chori, portero roblense, sin lograr superarle. La primera fue para Molina, aún con el empate inicial en el marcador, y la segunda para Arribas, con el gol de Abel Molinero casi coreándose aún en las gradas. Ni él, ni después Molina, que estuvo cerca de sorprender al portero rival, lograron ampliar la ventaja, y al final los locales terminaron pagándolo.
Y ya en la segunda parte, de nuevo ocurrió una secuencia similar, con tres ocasiones seguidas después de que Arribas se sacara la espina marcando un auténtico golazo. Primero Abel Molinero, después un remate de Mansour, que se quedó en boca de gol, y a continuación otro mano a mano de Molina, que fue al cuerpo del portero.
Fueron ocasiones suficientes para haber podido rematar a un rival noqueado en ese momento y que, de repente, en la siguiente jugada, logró ponerse con facilidad en el área gallarda, realizar un disparo dentro del área cuyo despeje acabó dentro de la portería. Era el 2-2, e incluso después, el Marchamalo volvió a tener una nueva ocasión en botas de Molina que, con pocas opciones, no pudo superar al portero roblense.
Lo que vino al final fue el colmo: un gol de rebote del rival, desesperación entre los locales, y un penalti con el partido acabado que permitió lucirse a su lanzador, sabedor de que el partido estaba acabado. Un final cruel, y a todas luces injusto para el conjunto gallardo, que ahora tendrá que enfrentarse a una situación complicada visitando a un Manchego recién descendido de Segunda RFEF.
Ficha técnica
CD Marchamalo 2-4 CP Villarrobledo
CD Marchamalo: Asenjo; Adrián, Fane (Caprile´85), Balles (C), Mansour; Gómez, Víctor, Braun, Arribas (Dani Fernández´76), Abel y Molina.
CP Villarrobledo: Chori; Carlos, Chato, Carrasco, Carmelo (Francisco José´76), Kevin (Pinto´67), Óscar (Iker´86), Dani Rivas, Pepe, Loren y Vives (Sanz´76).
Goles: 1-0. Min.21. Abel Molinero. 1-1. Min.42. Carmelo. 2-1. Min.53. Arribas. 2-2. Min.63. Kevin. 2-3. Min.72. Dani Rivas. 2-4. Min.90+5. Leomar (p).
Árbitro: Alfonso Vallejo Cañas, del Colegio Castellano Manchego, asistido en las bandas por Irene Rodríguez y Carlos Sandoval. Sancionó con tarjeta amarilla al local Gómez y al visitante De Lucas.
Incidencias: Partido de la sexta jornada de liga en el Grupo XVIII de Tercera División disputado en el campo principal del Complejo Deportivo ‘La Solana’. Los jugadores del CD Marchamalo saltaron al campo portando una pancarta de apoyo a su compañero Aitor Rubio, lesionado de larga duración.