La alcaldesa pide ayuda a las autoridades para solucionar los problemas con los mastines que guardan un rebaño del pueblo
Rincón de Majaelrayo, pueblo de la arquitectura negra de Guadalajara
“No nos hacen caso y hasta que no haya una desgracia no van a hacer nada”. La que habla así es la alcaldesa de Majaelrayo, Sonia Atienza, que, en declaraciones a Guadalajara Diario, muestra su enfado y desesperación con lo que está ocurriendo en su pueblo con una manada de 8 mastines.
Una carta al director enviada a los medios de comunicación por una mujer que fue atacada por una manada de mastines en Majaelrayo, ha permitido conocer la situación que se vive “desde 2006”- afirma la alcaldesa- “aunque ha empeorado durante los últimos 10 años”.
El problema está en un grupo de 8 mastines que pastorea un rebaño de cabras y ovejas que hay en el pueblo, perros que campan a sus anchas y que les tienen totalmente atemorizados porque van a atacarles en cuanto les ven andar por el campo. “Yo bajando de los depósitos de agua, casi matan a mi perro”, “para ir a mi finca a podar tengo que ir en coche porque no sé donde está el rebaño y no me atrevo a ir andando”. La situación afecta por igual a vecinos y a turistas, “la gente va con miedo andando y tampoco se puede ir en bici. Que tengas que dejar de salir a pasear por el campo por esto…”- se lamenta la alcaldesa que afirma que, incluso, “cuando vas en el coche, salen como fieras”.
El rebaño pertenece a una persona que no vive en el pueblo y que tiene contratado a un pastor para que se encargue de los rebaños, pero "al pastor nunca se le ve". “Yo le he visto detrás de una jara escondido con los mastines atacando-denuncia la alcaldesa- y no hace nada”.
La propia alcaldesa ha puesto el tema en conocimiento del propietario del rebaño que le remite al pastor mientras que el pastor, que sí vive en el pueblo, tampoco hace nada por mejorar la situación, según relata Sonia Atienza. En estos años se han presentado numerosas denuncias, (dos de ellas en el ayuntamiento) y algunas, incluso por parte de montañeros que han sido atacados por los mastines cuando han subido al Ocejón.
En esa carta al director, la firmante culpa de la situación al ayuntamiento pero la alcaldesa se defiende y lo niega.
“Estamos atados de pies y manos”- denuncia la alcaldesa y afirman que desde el ayuntamiento están haciendo “todo lo posible”. "Majaelrayo es un pueblo muy pequeño y aunque hay una ordenanza que regula estos temas solo afecta al casco urbano"- se defiende.
La alcaldesa asegura que el tema es conocido tanto por la Guardia Civil como por la Subdelegación de Gobierno pero ”nadie hace nada”- relata. “La Guardia Civil dice que denunciemos, pero no hacen nada. La subdelegada de gobierno conoce el problema porque tuvimos una reunión en Cogolludo y se lo planteamos, pero no dijo nada, ni mú”- declara la alcaldesa.
“Queremos que venga alguien y resuelva este tema porque la gente está muy quemada”. --“No nos hacen caso y hasta que no haya una desgracia no van a hacer nada”, insiste.
De momento la alcaldesa tiene previsto enviar un escrito oficial a la Subdelegación del Gobierno pidiendo ayuda con este tema.
Eso sí tendrán que esperar al viernes que es el único día a la semana que este pueblo de 55 vecinos tiene secretario.
Cartel avisando de la presencia de mastines en la Sierra Norte. Todos han desaparecido/ Foto Pipper on tour
Los hosteleros del valle piden precaución a sus clientes
Vecinos y empresarios de casas rurales y otros negocios de hostelería de todo el valle confirman directamente a Guadalajaradiario.es que esta situación se arrastra desde hace años. Una situación que afecta a Majaelrayo, a Campillo de Ranas, a Campillejo o a Roblelacasa. Sus clientes son advertidos para que tengan precauciones en sus salidas en los entornos cercanos y sean precavidos ante la presencia de los mastines que guardan rebaños.
Hace años se colocaron en la zona carteles informativos (como el de la foto) donde se pedía precaución a los visitantes y se daban normas de cómo relacionarse con los mastines, carteles que fueron desapareciendo y que no han sido repuestos.
