Junta, Ayuntamiento de Guadalajara y Ministerio de Defensa están condenados a entenderse sobre el campus universitario en Las Cristinas,  por muchas y poderosas razones, entre la que no es la menor que es el Ayuntamiento quien tiene la sartén por el mango en caso de que la negociación no prosperase.

 Las tres instituciones citadas  negocian a través de sus técnicos el citado acuerdo, reveló Antonio Román, quien avanzó que la solución “puede estar cerca”. Y dijo también: “Ayuntamiento y Comunidad Autónoma no van a buscar el acuerdo a cualquier precio”. Porque de dinero es lo que estamos hablando.

El Ministerio  ha encomendado al Instituto de Vivienda, Infraestructura y Equipamiento de la Defensa la enajenación del inmueble y en una respuesta parlamentaria ya ha dicho que “la cesión gratuita de la titularidad no es legalmente posible”, como ha subrayado bien subrayado la diputada que hizo la pregunta, Magdalena Valerio. Cierto, Defensa no va por el mundo regalando su patrimonio, porque son muchas las necesidades que tiene para cumplir con la función que les encomienda la Constitución,  y no podemos ignorar que con la crisis económica ha sufrido más recortes que otros ministerios. Pero tampoco es menos verdad otra cosa que decía el Ministerio en su respuesta parlamentaria, y que esta vez fue el alcalde Román el que se encargo de subrayar: “La prioridad es buscar el acuerdo con las instituciones locales y autonómica”.

Por lo tanto: Defensa quiere sacar unos milloncejos por el  complejo educacional,  y la Junta de Comunidades, que sería la que compre el terreno, pagar el menos dinero posible. De ahí la advertencia de Román, que en esta negociación está con la Junta,  cuando dice que hay un Plan B e incluso un Plan C en caso de que las negociaciones fracasen. Ambos ciertamente existen mediante la utilización de otros inmuebles de la zona (el viejo Hospital Provincial, la ampliación de la Facultad de Educación o incluso usar el antiguo Parque Móvil ), pero son soluciones más costosas que Las Cristinas, centro que está en buenas condiciones (todavía) y equipado para empezar a funcionar con pocos arreglos. Eso lo sabe Defensa, y por eso se hace querer, pero los militares no desconocen que el uso de Las Cristinas  es el que es y que el Ayuntamiento no lo va a cambiar para que construyan viviendas, como se hizo con el Fuerte, pero fruto de un acuerdo que incluyó la recalificación de los terrenos y 7 millones de euros.

El Ayuntamiento tiene por tanto la sartén por el mango ante cualquier cambio de uso, y por ello las tres partes están condenadas a entenderse.

De lo que se trata ahora  es de que no lo dejen para cuando las ranas tengan pelo, porque las elecciones están a la vuelta de la esquina y Cospedal tiene que cumplir con una promesa que hizo a Guadalajara. Dotarla de un campus urbano.