Gran desplazamiento de aficionados morados
Las hechuras de un equipo campeón se componen de tramas tal vez invisibles a los ojos profanos, de finos hilos que cruzan la urdimbre para dar consistencia al paño. Está tan bien tejido este Dépor que, aún sin jugar grandes encuentros, o haciéndolos directamente malos, consigue sacar adelante los resultados. Este sábado, en Talavera, no logró la victoria, pero sacó un empate que sabe a gloria, visto lo visto sobre el terreno de juego.
Porque los de Pere Martí se vieron superados, sobre todo en la primera mitad, por un conjunto cerámico que se adueñó de la pelota y arrinconó a los morados alrededor de su portero. Desde el pitido inicial los albiazules marcaron terreno con dos ocasiones seguidas.
El dominio local de la pelota impedía la salida morada obligando al conjunto alcarreño a defenderse como gato panza arriba. Se presuponía que era cosa de los primeros minutos, pero ese arreón inicial duró toda la primera mitad.
Y es que, con el paso de los minutos, el Talavera siguió acumulando balón y ocasiones ante un Dépor que tan solo apareció en una ocasión ante la meta local. Fue en el minuto 20, por medio de Pablo Rojo.
En la meta contraria, la buena actuación de Zarco y, sobre todo de Ablanque, que sacó el balón sobre la línea en dos ocasiones, impidieron al conjunto local inaugurar el marcador. Al final, lo mejor de la primera mitad para el Dépor fue el resultado, un empate a cero que dejaba las cosas abiertas para la segunda parte.
Con uno menos
Tras el paso por vestuarios el partido se igualaba, con un Guadalajara más ofensivo o, por lo menos, con más intención de jugar la pelota. Sin embargo, las cosas volvieron a torcerse cuando, en el minuto 60, Pablo Rojo es expulsado con roja directa tras una entrada a un contrario. El plan parecía claro para la media hora que restaba: todos a defender y, por si acaso “Cañizo, corre tú a ver si cazas algo”
Pere Martí sacó a Cristian y Unax es lugar de Manu Ramírez y Neskes y el Dépor, sorprendentemente, comenzó a manejarse bien con diez jugadores. Pero el Talavera no quería dejar pasar la oportunidad, metió la directa, dejó al Guada sin pelota y volvió a encajonar al Dépor en su área. Ahí surgió la figura de Zarco, que completó un encuentro descomunal. Por alto, por bajo, en las esquinas o a bocajarro, el portero deportivista fue el auténtico héroe de su equipo.
En este tipo de encuentros se presupone una agonía hasta el final, incluida prolongación. Sin embargo, quien la sufrió, paradójicamente, fue el Talavera porque, en un alarde de valentía, el Dépor no tuvo miedo a perder. En vez de conservar el resultado en ese último tramo, subió a presionar a su rival obligándole a cometer fallos que se tradujeron en varias ocasiones. Al final, la bola no entró pero, ¿y si sí?
Lo dicho. Estás 85 minutos achicando balones, tienes uno menos y subes a presionar al rival en su propia casa. Eso son hechuras de campeón. Al final, un punto para el Escartín y el Dépor continúa sin perder. Grande.
Talavera 0-Deportivo Guadalajara 0
Talavera: Joel, Molina, Álvaro (José Francisco´71), Doncel (Luis Sánchez´61), Álvaro Sánchez, Parapar (Edu Gallardo´61), Nahuel Arroyo, Navarro, Cambra (Rubén Solano´84), Paredes, Farrando.
Deportivo Guadalajara: Zarco, Ablanque, Gallardo, Pablo Rojo, Neskes (Christian´67), Toño Calvo, Tavares, Julio Martínez, Cañizo, Manu Ramírez (Unax´67), Jorge Casado.
Árbitro: Alexandre López Vila. Mostró cartulina amarilla a los locales Doncel, Navarro y Rubén Solano. En el Dépor fueron amonestados Julio Martínez y Toño Calvo. Pablo Rojo fue expulsado con roja directa en el minuto 61
Incidencias: encuentro de la vigesimoprimera jornada de liga en la Segunda RFEF, disputado en el municipal “El Prado” de Talavera de la Reina, lleno total. Unos 700 aficionados del Deportivo Guadalajara se desplazaron para animar a su equipo.